Zaanze schans & Volendam

Ayer comenzamos el día a eso de las 5.45 de la mañana. No es que nos hayamos vuelto locos, es que nos ibamos de excursión y debíamos estar a las 7.15 en la estación de autobuses, y no queríamos alimentar la fama de tardones de los españoles. Cuando llegamos estaba casi de noche todavía y fuimos a por un café calentito, nos esperaban 2 horas y media de viaje.

Como somos unos freaks, en el viaje nos pusimos desayuno con diamantes en nuestros Ipod e Iphone. En el bus ponían una peli, pero estás que ibamos a pillar algo, sobretodo porque estábamos en la parte de atrás del bus, como los chicos malos según Sandra.

Hicimos una parada en medio del atlántico para unos cafés y una visita al pipiroom.

Y al fin a eso de las 11.30 llegamos a nuestro destino: Zaanze Schans!

Resulta que la historia del pueblo tiene miga. Erase una vez un hombre, cuyo nombre no recordamos, que decidió que los molinos no debían ser destruidos. Debido a la modernización durante los años 60 y 70, el gobierno decidió destruir los molinos y el hombrecillo este, le pidió al gobierno que se los diese y él crearía un pueblo en el que se viviese según la tradición holandesa, con tal de no perderla y para que sus hijos y los hijos de sus hijos, supiesen cómo vivían sus antepasados (ahora también nosotros lo sabemos y no somos hijos de hijos).

La verdad es que es pueblo es muy pequeño y rústico, pero lleno de encanto. Extensiones de verde césped, siempre húmedo, casitas-granja, y molinos muuchos molinos!

Resulta que en cada molino se hace una cosa, en unos pan (lo típico), pinturas,en otros se exprime cacao, en otro aceite de cacahuetes, este despedía un hedor asqueroso y fue por ello que no enteramos que era lo que trabajaban. Además de sacar el aceite de cacahuete, nos contó que con la pasta que quedaba (cake en inglés,que anda que llamar pastel a eso...) lo que hacía era estregárselo a los caballos en la piel, que se les quedaba muy brillante, resulta que es un producto muy demandado.

Subimos a uno de los molinos y disfrutamos de las vistas desde allí, no sin dejar de estar un poco acojonados, porque aquello chirriaba a cada paso, y entre las tablas de madera, se veía el

suelo...

Luego nos llevaron a la tienda de queso, donde una amable señorita típicamente ataviada, nos enseñó cómo se hacía el queso. Después, que casualidad!estaba la tienda detrás de la habitación donde nos explicaron lo del queso. Como es normal (y gracias a los abues y la tita) al final picamos y nos compramos un mini queso de ajo y hierbas y un botecido de mostaza con miel, para chuparse los dedos!!!

Antes de ir a comer, la última visita fue la tienda de zuecos, allí tenían una exposición con los modelos más extravagantes, y además, cómo no, un mostrador donde un joven holandés, nos mostró la cadena de fabricación de los famosos zuecos. Allí tenían una maquinaria que parecía del siglo pasado o más vieja, pero que funciona a la perfección, de hecho gracias a ella, podían hacer unos zuecos en 5 minutos, ¡cuando antes se tardaban 3 horas!

Después de la exibición, dimos una vuelta por la tienda. Las paredes estaban llenas de zuecos de todas las clases y tamaños!y de no ser por Zeky yo me habría traído unos sin pintar por sólo un 1€!!pero al final me convenció de no hacerlo. A pesar de todo, pude satisfacer mi ansia consumista comprando algo... para Javi y Aroa!!no os pongáis celosos que habrá para todos!

También visitamos el mini museo (eran 2 habitaciones) en las que se mostraban las costumbres de la Holanda del siglo XIX. Lo que más me llamó la atención fue la escena del nacimiento. Era una habitación y había una mujer en la cama, una cama que era un armario y no medía mas de 1.68m, porque ahora los holandeses serán los más altos del mundo pero no en aquella época. El caso es que había una mesita con otra mujer y una niña pequeña, una mesa con el desayuno, y lo que os decía que más me impactó, fue la explicación del dulce que se servía. Resulta que era típico, cuando nacía el bebé comer una especie de buñuelos que eran dulces y a la vez amargos, ¿el motivo? simbolizaban los altibajos de la futura vida del recién nacido.

Después de todo esto, ya era hora de comer!!y fuimos a un restaurante de los 2 que había en el pueblo,a comer...panqueques!parece que a los holandés les mola bastante...Ah eso sí, bebidas incluidas, siempre que fuese café (del aguado que hacen aquí) y té. Al menos no era leche, que la gente del norte está muy acostumbrada a beber leche con la comida ( me sé más de una que le dan arcadas sólo de pensarlo).

Tras la comida, hay que reconocer estaban buenos, nos montamos en el bus y fuimos hacia Volemdam. A Zeky a mí la ciudad esta nos parecía cualquiera de la costa de España, como Calpe o algo así. Un gran puerto con muchísimos barcos navegando, eso sí. Lo más interesante que hicimos allí fue disfrazarlos a la moda tradicional holandesa. Algunos triunfaron más que otros...

Rato libre, que lo pasamos con nuestros amigos del norte y a comer pescado frito de merienda-cena, bueno cena para los holandeses ya que eran las 6 y poco de la tarde. Eso sí, el pescadito frito mucho mejor en el Vismarkt aquí en Groningen que allí...

Una de las mejores cosas del viaje nuestros amigos y la gente del ESN que son mu enrollaos...

Y de vuelta a casita...

Para el que quiera saber más del museo al aire libre: www.zaansmuseum.nl

Cabra dando pena

Cabra queriéndose comer la manzana que Sandra esconde

Zeky haciendo... Zeky??!!...

Yo y unos zuecos que Zeky no me dejo comprar...yo creo que me sientan bien...

Habia una vez una niña que vivia en un zueco

Probando más zuecos...

Típica familia Holandesa, con padre travesti e hija negra